
Tal y como ha podido saber la revista People tras acceder al Certificado de la muerte de la actriz de Glee, el ahogamiento se produjo en cuestión de minutos.
Naya Rivera fue dada por muerta después de que el pasado 8 de julio se encontrara a su hijo de cuatro años solo y dormido en el interior del barco en el que hacía unas horas había salido a navegar con su madre. Siete días después la trágica sospecha se confirmaba al encontrarse el cuerpo de la actriz.
Al parecer según el testimonio del menor, su madre consiguió ponerle a salvo en el barco que habían alquilado para salir a navegar por el lago Piru, al sur de California.
La revista People revela también que la actriz de ascendencia portorriqueña fue enterrada el 24 de julio en el Forest Lawn Memorial Park en Los Ángeles. Efectivamente en el documento figura además el ahogamiento como única causa de la muerte, lo que confirmaría que se trató de una muerte accidental.
Tras su muerte, Ryan Dorsey –exmarido de Naya Rivera y padre de su hijo Josey– publicó un emotivo mensaje en redes sociales lamentando la gran injusticia que suponía la muerte de Rivera. Aseguraba que le parecía mentira ya que hacía solo unos días jugaban juntos con su hijo en el jardín de su casa.
Naya Rivera logró la fama gracias a su papel de Santana López en Glee, la serie musical que se convirtió en todo un fenómeno. Además en la serie, el personaje de Rivera luchaba por aceptar su homosexualidad y eso hizo que se convirtiera en un ícono del mundo lésbico y latino.
El de la actriz no es el único trágico final que ha asolado al elenco de la serie. En 2013 fallecía el protagonista de la serie, Cory Monteith a los 31 años tras consumir una combinación letal de heroína y alcohol. Cinco años después, Mark Salling, otro compañero de reparto, se suicidó en un paraje cercano a la casa en la que vivía en Los Ángeles.